miércoles

Je vais vers ma mort


"Tú, Tania, eres mi caos"




He envejecido dentro de tus ojos; eras la dulzura y el exterminio

y yo amé tu cuerpo en sus frutos nocturnos.
Tu inocencia es como un cuchillo delante de mi
rostro,
pero tu pesas en mi corazón y, como una miel oscura,
yo te siento en mis labios al ir hacia la muerte.

Antonio Gamoneda


*Clara y yo nos vamos al sur. Elegimos vivir, dejarnos llevar.

sábado

La muerte del elefante

"J'ai seul la clef de tes yeux"
Photo: Sacha Dumain

A mi abuelo



Aquí no respira ni Dios,
El silencio es la lengua madre
de los muertos.
En esta habitación todo el mundo llora
menos yo
Yo no lloro,
lo intento pero descubro
que ya no sé llorar.
Los ríos se han secado y sólo
quedan los surcos de lo que fueron.
La mujer camina.
Todos la observan
deslizarse por las tuberías en busca de viento.
Todos lloran y hacen ruidos con sus enormes narices y
me miran como esperando lágrimas.
Intento buscar la mirada de mis primos,
me ignoran, miran al suelo y se sorben los mocos.
Preveo que esta noche no acabará nunca.
Ahora hablan del tiempo, de las heladas, del frío que hace en esta tierra
cuando no amanece,
de cómo se enteraron de la muerte del hombre que yace en la habitación contigua,
mi abuelo.
Sí, mi abuelo, sí,
sin embargo no recuerdo ninguna sonrisa,
ninguna rebanada de pan con chocolate,
ninguna historia de la guerra.
Eso sucede porque mi abuelo jamás me amó
como aman los abuelos a sus nietos.
Yo era para él tan sólo sangre.
Ya veis, soy un átomo enredado en la nuca de mi abuelo muerto.
Que alguien se atreva a decir que no estoy viva.

Odile

El tamiz de mi anarquía



LIVING, not SURVIVING




Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.

Leopoldo María Panero

domingo

II


II




Cae la noche en Madrid y las farolas se encienden. Mono es un hombre solo sentado en un banco con un pedazo de barro entre las manos. Ha estado lloviendo toda la tarde y ahora la tierra está húmeda. Mono toma el barro con sus manos y lo moldea varias veces, creando nuevas formas. Ese contacto le hace recordar su primera experiencia con esta materia. Fue en el curso de 1998. Mono iba a un colegio de curas y tenía diecisiete años. Estaba haciendo COU y en su programa tenía lugar una asignatura llamada Volumen II. Mono era un chico inteligente, siempre sacaba buenas notas. Su timidez extrema, su bigote incipiente y su acné desmesurado, le impedían comunicarse con el resto de los chicos de su edad. En el mundo de Mono, sólo cabía él, Jenna Jameson y la Game Boy. -El porno siempre ha sido el primer o el último recurso de los tímidos- se decía a sí mismo mientras recorría los pasillos de los videoclubs en busca del Edén. Y Mono siempre mentía al dependiente con frialdad, aseguraba tener los dieciocho y miraba con desprecio a los demás clientes que intentaban adivinar la película que escondía bajo sus voluptuosos brazos. Después corría hasta su casa, subía las escaleras de dos en dos, abría la puerta con un movimiento limpio y con la velocidad de los corredores de fondo se metía en su cuarto y cerraba la puerta. Allí le esperaba Jenna Jameson vestida de secretaria sacándole la polla a un negro de un metro ochenta. Y en aquellos minutos Mono también medía uno ochenta y era negro y los labios carnosos de Jenna también recorrían los espacios duros de su cuerpo. Para Mono la felicidad duraba sólo cuarenta y cinco minutos. Por eso no se sentía muy a gusto en el colegio. Cierto es que le encantaban esas minifaldas con calcetines altos que llevaban las chicas de su clase. A Mono le volvían loco las más zorras, las que se dejaban tocar el culo por los machos alfa de la clase. Él nunca llegó a tocarle el culo a ninguna de sus compañeras. Toda su lascivia quedaba reservaba para sus tardes con Jenna.
Una mañana en clase de Volumen II, la profesora les mandó trabajar un recipiente hecho de barro. Para relajarles puso OK computer de Radiohead mientras ella tomaba notas en su cuaderno azul. Mono sumergió sus manos en el barro y comenzó a modelar el recipiente. Pasados veinte minutos la música se detuvo y la profesora se levantó de un salto. - QUIERO SENTIR EL BARRO- gritó- QUE ALGUIEN ME LANCE UNA BOLA DE BARRO A LA CARA. Todos sus alumnos permanecieron en silencio con los ojos muy abiertos y nadie se atrevió a lanzar nada. Al ver que ninguno de ellos reaccionaba la profesora volvió a hablar, esta vez para escoger a su presa. -A VER TÚ, EL CHICO DEL FONDO, TÚ, SÍ, TÚ, COGE UNA BOLA DE BARRO Y TÍRAMELA A LA CARA. Mono no sabía que hacer, la profesora acababa de ordenarle que le humillara delante de la clase. Él no quería hacerlo, le daba vergüenza llegar hasta la primera fila con un pedazo de barro. -VENGA, CHICO, ESPABILA- siguió gritando la profesora. Mono se levantó de su pupitre y se sentó en una de las mesas vacías de la primera fila. Llevaba el pedazo de barro entre manos. La primera vez, sólo fue capaz de tirarle una bolita del tamaño de una nuez que cayó sobre una sus clavículas. -¿ CREES QUE ESTO ES LO QUE TE HE PEDIDO? TE HE DICHO EN LA PUTA CARA. VAMOS, SEGURO QUE TIENES MUCHA RABIA DENTRO. El tono de la profesora no varió en ningún momento. Ella era un rottweiler con ganas de sangre y Mono era tímido, ya os lo he dicho. Mono intentó concentrar toda su rabia en la mano que sostenía nuevamente un pedazo de barro y se imaginó que la profesora era Jenna Jameson y él, un negro de un metro ochenta. Jenna le pedía que le arrojase barro a la cara, que la poseyese de manera que sólo fuera suya. Mono lo hizo. Lanzó el pedazo de barro con todas sus fuerzas a la cara de la profesora y tuvo una erección de caballo. Justo en ese momento culminó la clase y todos los alumnos salieron por la puerta riéndose. Mono fue el último en salir. Tenía ganas de que una de sus compañeras de clase le arrastrase a los aseos femeninos y le diese el placer que sólo las zorras saben dar a los machos alfa. Esto no ocurrió nunca, pero desde ese momento se convirtió en un amante del sado y siempre buscó sentir el barro en la cara.

Es de noche, sí. Y Mono es un hombre sólo sentado en un banco con un pedazo de barro entre las manos. Un hombre solo que sólo se atreve a besar a las estatuas de hierro dónde ni siquiera las farolas alumbran, que disfruta caminar junto al recuerdo de Jenna Jameson por las avenidas, que sueña con ser un negro de un metro ochenta.

miércoles

Bukowski en el espejo



"Tu ne sais pas que c'est l'amour"

Foto: Miqui Brightside

No sabéis lo que es el amor dijo Bukowski
Tengo 51 años miradme
estoy enamorado de esa piba
Piqué el anzuelo pero ella también está colgada
así que perfecto tío así debe ser
Me llevan en la sangre y no pueden echarme
lo intentan todo para apartarse de mí
pero acaban volviendo
Todas vuelven excepto
una a la que dejé plantada
Lloré por ella
pero aquellos días lloraba por todo
No me paséis un peta de esos
luego me vuelvo insoportable
Podría quedarme aquí sentado
bebiendo cerveza con vosotros toda la noche
Podría beberme diez latas de esta cerveza
y sería como agua
pero no me paséis un peta tíos
os echaré por la ventana

Tiraré a todo el mundo por la ventana
ya lo he hecho
Pero no sabéis lo que es el amor
No lo sabéis porque nunca
habéis estado enamorados así de simple
Conseguí a esta piba es maravillosa
me llama Bukowski
Dice Bukowski con esa voz suave
y yo digo Qué
No sabéis lo que es el amor
Os lo estoy diciendo
pero no me escucháis
Ninguno de vosotros lo reconocería
si subiera a esta habitación
y os diera por el culo
Siempre pensé que las lecturas de poesía son una claudicación
Mirad tengo 51 años y mucho andado
Sé que son una claudicación
pero me digo Bukowski
pasar hambre es peor que rendirse
así que vas y nada es como debería ser
Aquel tipo cómo se llama Galway Kinnel
He visto su foto en una revista
Tiene buena pinta
pero es profesor

Cristo podéis creéroslo
Resulta que vosotros también
ya os estoy insultando
No, no lo he escuchado
ni he oído nada de él
Termitas todos ellos
Puede que sea yo ya no leo mucho
pero esos tipos que se hacen
un nombre con cinco o seis libros
termitas
Bukowski dice
por qué escuchas música clásica todo el día
No sabéis cómo lo dice
Bukowski por qué escuchas música clásica todo el día
Os sorprende no
nunca pensaríais que un bruto bastardo como yo
pudiera escuchar música clásica todo el día
Brahms Rachmaninoff Bartok Telemann
Mierda no podría escribir aquí si no
Demasiado silencio demasiados árboles
Me gusta la ciudad ése es mi sitio
Pongo música clásica cada mañana
y me siento frente a la máquina de escribir
enciendo un cigarrillo como éste y lo fumo
y me digo Bukowski eres un hombre con suerte

Bukowski has pasado por todo
y ahora eres un hombre con suerte
y el humo azul flota sobre la mesa
y miro por la ventana la Avenida Delongpre
y veo a la gente subir y bajar por la acera
y echo una calada así
y dejo el cigarrillo en el cenicero
y respiro profundamente
y comienzo a escribir
Bukowski así es la vida me digo
está bien ser pobre está bien tener hemorroides
está bien enamorarse
Pero no sabéis lo que es
No sabéis lo que es estar enamorado
Si pudierais verla sabríais de lo que hablo
Pensaba que me acostaba con alguien aquí arriba
lo sabía
me dijo que lo sabía
Mierda tengo 51 años y ella 25
estamos enamorados y está celosa
Jesús es maravilloso
me dijo que me sacaría los ojos si me tiraba a alguien
aquí arriba
Eso es amor
Qué sabéis vosotros de eso
(...)

Raymond Carver