No medirás la llama
con palabras dictadas por la tribu,
no pondrás nombre al fuego,
no medirás su alcance.
Todas las llamas son el mismo fuego.
Mi cuerpo es una antorcha que alumbra los espantos
que la razón construye en sus tinieblas.
Hay que bajar al cuerpo, muy adentro,
tocar el centro ardiente, abrirlo y propagar
el gozo de la lava.
No importa en qué caderas,
en qué pecho resbale,
no importa la estatura, el sexo o la materia
pues todos caminamos sobre la misma pira.
No medirás la llama con palabras que encubren
los viejos sentimientos de los hombres.
Chantal Maillard
http://www.youtube.com/watch?v=4tTd0HiGIpY
ResponderEliminar¡Te gusta Chantal Maillard!
ResponderEliminarSiempre me voy de aquí con una sonrisa, ea.
Creo que era el poema más indicado para mi momento actual. Adoro a Chantal. Gracias, Odile. Me ha emocionado.
ResponderEliminarel único mandamiento
ResponderEliminar:***
la foto es bonita..., elocuente..., pero me dan un poco de miedo los ojos del hombre. Parecen demasiado fijo, demasiado hundidos... no sé.
ResponderEliminarEl poema me parece precioso. Me gusta.
Merci beaucoup, Odile.
"todos caminamos sobre la misma pira"
ResponderEliminar(Me gusta Vincent Gallo)
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A mí también. Su rostro refleja una personalidad arrolladora.
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado el poema de la bella Chantal.
:)
Y ella, Odile, ¿por qué cubre sus ojos?...
ResponderEliminarSu gesto parece de entrega, de confianza. Por eso, tiene los ojos tapados, porque confía.
ResponderEliminartoc toc.
ResponderEliminarc'est moi.
La imagen es terrible. En todo su abanico de significados.
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