jueves








I


la enfermedad todas las enfermedades
el dolor en cada rostro en el que he sido la boca
negra de espera no sabemos lo que tiene
contínue el tratamiento el tratamiento

—las esperas

silencio
                     . en el lugar
                                             . que sufre

no me vale este cuerpo demasiado tarde
no soporto esta materia demasiado tarde
pesa pesa pesa
limítese a seguir el tratamiento y sobre todo
piense en positivo
no recuerdo lo que he muerto
hablo desde el órgano deforme ya no sé para quién
hablo

no tema no le va a pasar nada
orine en este bote
desnúdese
¿tiene riesgo de embarazo?
no respire cuando oiga la señal extienda
el brazo continúe
el tratamiento el
tratamiento

NO
           . TEMA




II


amarrada para siempre a las salas blancas
donde pieles compadecen pieles
llevada allí para curar lo incurable
arrastrada hasta allí para el llanto blanco de los rostros
blancos en los que he sido
empujada allí por y para la disección de las flores el funeral de mis órganos el profundo discurso
de lo decrépito
aterrada en las salas blancas donde se me prohíbe el miedo por si el grito
una vez más desde lo informe
me levanto me rindo me levanto me rindo me levanto siento

—el peso
                  . de lo que ya
                                        . no existe.

lunes

Te enseñaron a ser mujer


Francesca Woodman


Para cerrar el proyecto artístico feminista (www.loquehaydebajo.wordpress.com) en el que hemos estado trabajando durante semanas, escribí este poema sobre el temprano aprendizaje que sufren las mujeres de un canon injusto que las determina y las reduce al campo del consumo y de la hipersexualización.



Soy bombardeada aunque permanezco

Adrienne Rich


Te enseñaron a ser mujer,
a no ser la mujer del espejo sino otra
más perfecta
diseñada para la caída y el dolor.

Aprendiste la lejanía de la meta y la distancia
inasible entre tus piernas
gruesas y
.           .los huesos.

Así, abandonaste rápido la edad del escondite
porque había algo más hondo
y terrible
quemándote la inocencia.

Dejaste de comer.
Ocultaste las heridas bajo una capa
de betún. Te rasuraste el cuerpo y saliste
a la calle

taconeando
sintiéndote mujer pero aún sombra lejos
lejos todavía
la modelo, la actriz de la pantalla.

Te empujaron a ser ellas
a no reconocerte sin su rostro
a solo ser para su rostro
a no ser sin su rostro

Y tú asentiste.