

EL FUCKER
Ya has entrado en la treintena,
eres poeta,
estás actuando para mí y sin embargo
un millón de grupis te miran con deseo
bajo el escenario,
un millón de niñas vírgenes
a las que sedujiste con tu canto
de gaviota vieja,
un millón de ingenuas
a las que hoy te follarás
con tus zapatillas Nike puestas,
porque te gusta el poder
y eres cool y postmoderno
y todas te aman menos yo.
Eres un poeta malísimo y lo sabes,
sabes que yo soy la única
que se atrevería a decírtelo a la cara,
sabes que yo soy la única
a la que no te follarás esta noche
y eso, eso te vuelve loco.
Eres poeta,
las seduces con tu cara de fucker,
con tu chupa de cuero
y tu barba de tres días.
Todas te piden que repitas bajo el escenario,
todas menos aquellas
a las que abandonaste semidesnudas
en la cama de un hostal
la mañana siguiente.
Estás lleno de mierda
pero no te inquieta
porque tu mierda se vende
a precio de pecado,
porque sabes que habrá
más niñas ingenuas esperando
a la salida de los recitales
y esa sola seguridad
te basta para enfrentarte a Dios.
Pero esta noche hay una única mujer
que escribe mientras tu recitas,
que te aborrece mientras tu recitas,
que bebe vino y escupe en tu poesía
con elegancia francesa.
Una mujer que podría ponértela dura
y largarse sin pagar
una mujer que podría vengar a las vírgenes
que se suicidaron en tu cuerpo.
Eres poeta,
eres un niño viejo.
Será el olor a muerto el que te despierte
una mañana de nieve
en una pensión del centro
y entonces, sólo entonces descubrirás
que ese olor proviene de ti
y llamarás a las plañideras para que acudan a tu entierro
y le pedirás a Dios que exista para salvarte
y tendrás miedo de no volver a dormir acompañado
porque aquella será la mañana de tu última noche.
Odile