vimos el pájaro violeta de la madrugada
deshacerse en el mercurio de las primeras
ventanas
hundió su mano en el sol el niño
y halló calor y saliva
el mundo crece hacia el pasado
el futuro en un bosque que ya ardió en alguna
parte
Juan Bello




IES Medina Azahara
Vuelvo a Madrid y me es extranjera. Aún soy capaz de oler el azahar de las noches en Córdoba. Y es que el tiempo allí pasado, es engañoso como el sueño. La lentitud del sueño es la que permite todo nos parezca más denso. Cinco días en Córdoba, viviendo Cosmopoética, han sido cinco semanas de emociones. Aquí dentro suenan nombres, nombres con rostro y émbolo antiquísimo: Berta, María, Vero, Hasier, Nieves, Ana, Curro, Karel, David, Sergio, Fruela, Andrés, Carlos, Marcelo, Ledo, Juan Carlos, Coral, Uljana, Vladimir...
Gracias a todos
por ser,
por dejarme
aprender
tantas cosas.
Nota a Juan: Estabas allí. Lo sé. El mundo se movía al compás de un blues ambulante.
aquí: